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martes, 9 de noviembre de 2010

Articulo relacionado con el envejecimiento activo

Es un artículo muy interesante que trata de explicar los cambios que han hecho que la sociedad actual haya envejecido consideblamente, tales como las baja tasa de natalidad, la mejora de la sanidad etc. Debido ha estos cambios se ha visto la necesidad de enfocar el envejecimiento desde otra perspectiva, conviertiendose este en una etapa en la que de las perosnas siguen activas, es decir, la necesidad de un envejecimiento activo.

Plan de acción para la
promoción del
Envejecimiento Activo en
Bizkaia.
La Diputación Foral de Bizkaia consciente de que las personas mayores constituyen un
importante capital activo para nuestra sociedad ya adelantó en la presentación del
Plan Gerontológico el interés por atender las necesidades y demandas de este
colectivo mediante una amplia cartera de programas, servicios y prestaciones. Entre
ellos la promoción del envejecimiento activo ocupaba un lugar destacado.
Calidad de vida y envejecimiento activo son conceptos que trascienden el plano de lo
meramente teórico para concretarse en objetivos y acciones concretas. Una primera
aproximación la constituyó el Manifiesto Bizkaia por el Envejecimiento Activo que, por
sus características, ha llegado a convertirse en un documento de referencia. Ha llegado
el momento de darle continuidad, de dar un nuevo paso en el camino de generar una
cultura de envejecimiento activo en Bizkaia.
Son numerosas las instituciones y organizaciones internacionales de referencia que
siguen coincidiendo en destacar la función social del envejecimiento activo y la
necesidad de diseñar políticas que lo promuevan considerando siempre el valor de la
participación, la contribución de las personas mayores y su derecho a no ser
discriminadas por causa de su edad, género o grado de vulnerabilidad. Este impulso
internacional y el énfasis concedido a una forma de envejecer activa que resitúa a la
persona mayor en la comunidad convirtiéndola en protagonista de su propia vida, del
establecimiento de sus metas vitales y de la articulación de los esfuerzos necesarios
para conseguirlas, sigue motivando a la Diputación Foral de Bizkaia para dar este
nuevo paso a favor del envejecimiento activo.
Crear las condiciones que favorezcan que las personas deseen y sepan envejecer
activamente es algo que afecta no solo a todos los niveles de la administración y a
todos sus ámbitos, sino a la sociedad en general. La coordinación intergubernamental
e intersectorial es una premisa básica para la creación de un contexto que facilite el
envejecimiento activo. Además, envejecer es un proceso personal con características y
significación únicas e irrepetibles para cada ser humano y envejecer activamente
requiere una decisión consciente y la voluntad de la persona. Por tanto, no es algo que
se pueda imponer. Por ello conseguir una realidad social en la que todas las personas
viven y envejecen activamente, vinculadas y comprometidas con su entorno -siempre
según sus deseos, capacidades e intereses- es algo que los gobiernos sólo pueden
propiciar y para lo que es imprescindible la complicidad de cada ser humano y de los
agentes sociales organizados.
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La Diputación Foral de Bizkaia es consciente de que el envejecimiento activo que se
quiere promover tiene lugar en una realidad sociocultural concreta pero a la vez
dinámica y cambiante -como la persona misma- y ello no puede ser obviado por las y
los responsables políticos y técnicos que trabajan para conseguirlo. Nuestro entorno
actual se caracteriza, entre otras cosas, por la globalización y la alta tecnologización y
encontrar la potencialidad a ambas circunstancias y aprovecharlas en nuestro empeño
es algo que deberá ser tenido en cuenta, siempre con una mirada innovadora.
Asimismo es necesaria una consideración realista de los valores sociales imperantes. La
inmediatez, el culto a la juventud, la utilidad y la eficacia tal vez no sean el contexto
más favorable pero, sin duda, constituyen un obligado marco de acción. La
modificación o matización de los valores imperantes y la revaloración de otros más
propicios para el envejecimiento activo como son la experiencia, la sabiduría, la
reflexión, el “ser” frente al “tener” o la constancia será siempre un desafío
complementario a cualquier intento por promover un envejecer activo.
La Diputación Foral de Bizkaia espera que el documento que se expone en estas
páginas sea una herramienta útil que siga alentando y orientando en los próximos años
los esfuerzos de los agentes implicados y favorezca una auténtica revolución en la
forma de entender la vejez.
Ojala en poco tiempo “envejecer activamente” sea algo que queda diluido en un “vivir
activamente” a lo largo de todas las etapas de la vida y que esto suceda naturalmente
en el marco de una sociedad diversa, intercultural, intergeneracional, solidaria y
respetuosa con el valor de la edad.
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1. El contexto del Plan de acción para la promoción
del Envejecimiento Activo en Bizkaia
1.1. Cambios socio-demográficos en Bizkaia: oportunidad y desafío
1.2. Antecedentes institucionales: el Manifiesto Bizkaia por el envejecimiento activo
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1.1. Los cambios socio-demográficos en Bizkaia: oportunidad y desafío
En la segunda mitad del siglo XX, la esperanza de vida de las personas de Bizkaia se ha
incrementado en más de 20 años de media. En la actualidad dicha esperanza de vida se
sitúa en los 83 años para las mujeres y 79 para los hombres.
Esto hace que en la actualidad lo que antes suponía una situación no muy habitual
como era que los nietos conocieran a sus abuelos, hoy día es absolutamente normal.
Incluso comienza a no ser raro que los biznietos y los bisabuelos se conozcan, es decir,
que cuatro generaciones convivan en un mismo espacio temporal.
En los próximos 50 años Bizkaia y el resto del mundo desarrollado experimentará un
cambio sin precedentes, resultado del aumento de la esperanza de vida y los bajos
índices de natalidad. La población de 65 y más años de edad experimentará un
importante crecimiento.
Lamentablemente en demasiadas ocasiones este hecho es visto sólo desde una
perspectiva negativa por el aumento de las situaciones de dependencia, el gasto social,
etc... La realidad es que -en la medida en que las personas mayores van constituyendo
una mayor proporción del conjunto de la población-, mayor es y podrá ser su
contribución a la misma.
Por suerte la realidad de las personas mayores está cambiando y también se van
modificando –aunque más lentamente de lo que sería deseable- las antiguas
concepciones sobre ellas. Hoy en día las personas mayores están más sanas que hace
una década, contribuyen económicamente y –aunque todavía hay grupos
especialmente necesitados-, pobreza y vejez ya no son sinónimos.
Muchas personas mayores disfrutan la vida y aprovechan al máximo,
independientemente de su edad, las oportunidades que ésta les brinda junto a su
familia y su comunidad. No obstante, un importante desafío de futuro sigue siendo
impulsar las contribuciones que las personas de edad pueden hacer a la sociedad.
Disfrutar del capital humano que representan las personas mayores es un recurso
privilegiado para el crecimiento, la transformación y la mejora de la calidad de vida de
la sociedad pero, para que su contribución sea posible, es necesario crear nuevas vías,
romper con concepciones limitadas sobre la “participación” y hacer consciente a las
personas mayores de su potencialidad.
Estos cambios sociodemográficos plantean fundamentalmente dos desafíos y
oportunidades a toda la comunidad y a sus agentes.
Los gobiernos se enfrentan a desafíos relacionados con la modificación de actitudes y
preconcepciones sobre lo que supone una sociedad envejecida y con la necesidad de
explorar ideas y tecnologías innovadoras que contribuyan a mejorar la autonomía y
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transformar la vida de la persona. Para resolverlo exitosamente existe la posibilidad
de repensar las políticas públicas y el tipo de atención que se presta a las personas
mayores. Es necesario que desde las instituciones se deje de considerar la vejez como
una barrera y pase a ser entendida como un tiempo para la contribución económica y
social a través del trabajo y el compromiso con la comunidad. El esfuerzo por
popularizar una forma de envejecer activa es un recurso privilegiado para conseguirlo.
Un segundo desafío, que incumbe a todos los miembros de la comunidad, es el
relacionado con aprender a prepararnos para ser capaces de encontrar nuevos
horizontes que den sentido a nuestra vejez. Es necesario enfatizar la responsabilidad
personal que cada cual tiene en conseguir que la vejez sea una oportunidad que se
disfruta y que permite el desarrollo. “Aprender” a envejecer activamente supone
también vivir activamente y que toda la ciudadanía se preocupe por propiciar entornos
favorecedores del envejecimiento activo, será algo con repercusiones positivas, no
sólo para las personas más mayores, sino para toda la comunidad.
1.2. Antecedentes institucionales: el Manifiesto Bizkaia por el envejecimiento activo.
La preocupación por favorecer el envejecimiento activo es observable en un primer
documento elaboración por el Departamento de Acción Social, se trata del Manifiesto
Bizkaia por el Envejecimiento Activo. Pretendía ser un primer recurso para la
sensibilización y la reflexión sobre el valor de un estilo de vida activo y saludable,
también en la vejez y uno de sus principales valores es haber contribuido a la difusión
de una forma diferente de entender la vejez y el proceso de envejecimiento, más
optimista, saludable y deseable para todas las personas de Bizkaia.
También ha suscitado una reflexión en la ciudadanía sobre el valor de envejecer de una
manera implicada y sus impactos beneficiosos sobre el bienestar personal y social y ha
contribuido a enfatizar el lugar fundamental de la PERSONA que envejece, haciéndola
protagonista y cuestionando un estilo de envejecimiento pasivo, resignado y
meramente receptor de servicios.
Merece ser resaltado que, ya en un plano más aplicado, el Manifiesto Bizkaia por el
envejecimiento activo ha proporcionado claves útiles para cuestionar las actuales
acciones dirigidas a las personas mayores de nuestra comunidad y ha orientado un
nuevo estilo de trabajo que se hace “con” la persona y en la que la actividad es
entendida más como oportunidad para la decisión personal, la participación cómplice y
la implicación en proyectos personales y sociales, que como mero “hacer por hacer” o
como tarea manipulativa.
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Esperamos que el Manifiesto Bizkaia por el envejecimiento activo siga siendo un
documento de referencia que inspire reflexión y acción de toda la comunidad. Este
plan pretende ofrecer una propuesta fundamentada en sus presupuestos.
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2. Premisas de partida del Plan de acción para la
promoción del Envejecimiento Activo en Bizkaia
2.1. Principios
2.2. Concepto de envejecimiento activo
2.3. La multimensionalidad de la persona
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2.1. Principios
Los principios que subyacen al presente Plan de acción son los mismos que
fundamentan el Manifiesto Bizkaia por el envejecimiento activo. Son los principios
reconocidos por las Naciones Unidas sobre las personas mayores y más allá de
constituir un mero catálogo o declaración de intenciones, deben ser un permanente
recordatorio para los y las responsables políticas y la comunidad en su conjunto:
• El principio de auto-realización, que reconoce que las personas mayores
tienen derecho permanente a buscar oportunidades para fortalecer sus
capacidades, mediante educación, capacitación, oportunidades de empleo y la
posibilidad de participar activamente en los asuntos de la comunidad. Es
importante observar que la promoción de un estilo de vida activo en la vejez
pasa por asumir este principio en todas sus consecuencias. Es decir, no basta
con crear oportunidades para la participación –aunque también es necesario
hacerlo-, hay que promover el uso de esta posibilidad y eso supone acciones de
cambio de mentalidad, de creación de hábitos, de desarrollo de habilidades y
actitudes...que son más complejos de conseguir.
• El principio de independencia, que reconoce el deseo de las personas
mayores de mantener su autonomía el mayor tiempo posible y está
estrechamente vinculado al aseguramiento de su acceso a los derechos
materiales básicos de alimentación, vivienda, agua, ingresos, educación,
transporte y seguridad física. No es posible hablar de envejecimiento activo
cuando las personas no tienen satisfechas necesidades básicas de seguridad y
bienestar y aunque el estado de bienestar en la mayor parte de los países
occidentales tiene mecanismos para garantizarlo, es necesario prestar atención
a los grupos más necesitados.
• El principio de participación, que es la base de la realización de todos los
demás derechos de la persona y uno de los pilares del envejecimiento activo tal
y como ha precisado la Organización Mundial de la Salud. La observación de
este principio implica que las necesidades y capacidades de las personas
mayores deben ser consideradas en la planificación y ejecución de todas las
iniciativas locales, forales y autonómicas, planificación y ejecución de cualquier
actividad o proyecto que esté dirigido a ellas, incluidos los programas de
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promoción del envejecimiento activo. Las personas mayores tienen derecho a
ser consultadas acerca de las decisiones que les afectarán directamente y este
derecho debe ser reconocido.
• El principio de dignidad, que reafirma que las personas mayores no deben ser
menospreciadas o tratadas con menos respeto. Independientemente de su
edad, nivel de vulnerabilidad o discapacidad, la consideración de la dignidad de
cada ser humano supone el reconocimiento y valoración de su singularidad y
multidimensionalidad más allá de estereotipos fundamentados en su estatus de
jubilado, su estado de salud o su situación de dependencia. La ruptura o
cuestionamiento de los estereotipos existentes sobre las personas mayores es
un objetivo que debe transversalizar cualquier acción por la dignidad de la
persona mayor.
• El principio de atención, que reafirma el derecho de las personas mayores a
ser apoyadas, a intervenir en la decisión sobre el tipo de atención que desean y
necesitan y a ser atendidas con consideración. En el caso que nos ocupa, la
promoción del envejecimiento activo, supone que las personas sean apoyadas
para que puedan modificar posibles estilos de vida sedentarios, apoyadas en el
uso de las nuevas tecnologías que favorecen la vida independiente, apoyadas
para poder tener un estilo vital activo en cualquier contexto, comunitario o
institucional.
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2.2. Concepto de envejecimiento activo
El concepto de Envejecimiento Activo tiene su origen en los años 60, cuando nació la
Teoría de la Actividad (Havighurst y Albretch, 1963) según la cual permanecer activo o
activa es un recurso para el bienestar. Vivir activamente es algo que se puede
conseguir remplazando actividades y roles que se abandonan -según se producen
cambios vitales como la jubilación- por otras nuevas con significado para la persona.
Numerosas instituciones, incluidas las OCDE o la propia Unión Europea han
reflexionado sobre el Envejecimiento Activo. Sin embargo, ha sido la Organización
Mundial de la Salud quien realmente ha contribuido a la difusión de una concepción
amplia del envejecimiento activo definiéndolo como:
“El proceso de optimización de oportunidades para la salud, la participación y la
seguridad que permitan garantizar la calidad de vida de las personas a medida
que envejecen” (OMS, 2002:12).
Esta definición de las OMS:
- Resalta que la “actividad” está relacionada con la participación
continuada de la persona en la vida social, económica, cultural,
espiritual y ciudadana y no sólo con el hecho de estar físicamente activa
o desarrollar una actividad profesional.
- Insiste en la diversidad del colectivo de personas mayores y el valor de
la vida vivida.
- Insiste en que envejecer activamente tiene un impacto preventivo y de
promoción de la salud y sugiere que las políticas públicas deben
mejorar las políticas que lo favorecen y no centrarse exclusivamente en
las estrictamente paliativas o curativas.
Así, el envejecimiento activo resulta ser un recurso fundamental que ayuda a las
personas y comunidades a realizar su potencial de calidad de vida y significación a lo
largo de todo su ciclo vital y a participar en la sociedad de acuerdo con sus
necesidades, deseos y capacidades, mientras que les proporciona apoyos, protección,
seguridad y cuidados adecuados cuando necesitan asistencia. Y todo ello,
independientemente del nivel de dependencia o vulnerabilidad de la persona, su
género o edad.
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La promoción del envejecimiento activo requiere fomentar y equilibrar la
responsabilidad personal, el encuentro y la solidaridad intergeneracional y la creación
de entornos favorables. Para ello es imprescindible que entren en juego todos los
agentes implicados, no sólo los sectores que habitualmente tenemos en cuenta –el
sistema sanitario y los servicios sociales- sino también los referidos a la educación, el
trabajo, la vivienda, el transporte, la seguridad social, la justicia y el desarrollo rural y
urbano porque su actuación es determinante en garantizar la calidad de vida de la
ciudadanía.
El envejecimiento activo requiere una concepción de actividad en sentido amplio de
forma que, independientemente de que pueda materializarse en acciones y
realizaciones con gran nivel de concreción, se entienda sobre todo como un
posicionamiento vital implicado. Este “ser activa” se refleja en una responsabilidad de
la persona hacia el cuidado de su propia salud (desarrollo de hábitos saludables, estar
física y mentalmente activa) y la inserción participativa en la realidad social
(relacionarse con otras personas, asociarse, estar presente en la vida de la comunidad).
Las realizaciones concretas han de vivirse de forma intrínsecamente motivada,
priorizando en ellas elementos que las hagan singulares y significativas para la persona
y por tanto han de formularse en clave participativa, integral, flexible, de calidad,
evaluable, sostenible e innovadora.
3.3. La multidimensionalidad de la persona que envejece
La aceptación de que cada persona es única y singular y de que, por esta razón, el
colectivo de personas mayores es diverso y heterogéneo es una premisa fundamental
de este documento pero, además, la consideración de las múltiples dimensiones del
ser humano resulta inspiradora a la hora de seleccionar los objetivos del presente Plan
de acción.
En sus trabajos sobre el tema de la calidad de vida Schalock y Verdugo se refieren a un
modelo heurístico en el que identifican áreas de calidad de vida referidas a una serie
de dimensiones básicas como son el bienestar físico y emocional, el desarrollo
personal, la autodeterminación, las relaciones interpersonales, la inclusión social y los
derechos de la persona.
Son numerosas las evidencias empíricas que demuestran que envejecer de una
manera activa, implicada y no desvinculada de la realidad, está relacionada con el
bienestar de la persona en las siguiente dimensiones:
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El desarrollo de un autoconcepto ajustado, la aceptación de la propia realidad y la
confianza de la persona en sus propias capacidades.
El nacimiento de nuevos intereses que impulsan a la persona a establecer nuevos
desafíos personales; la adquisición o perfeccionamiento de las capacidades,
habilidades y conocimientos que permiten la participación y la autonomía; y la
oportunidad y el deseo de aprender a lo largo de la vida.
La capacidad de elegir y tomar decisiones conscientemente; identificar metas
vitales implicándose en un proyecto vital personal; asumir activamente las propias
responsabilidades y disponer de estrategias para adaptarse positivamente a los
cambios.
El mantenimiento de relaciones interpersonales significativas que se producen
gracias a la capacidad de la persona de expresar la propia realidad a través de
lenguajes y formas de expresión diversas; al deseo de comunicarse con otras
personas y de establecer lazos significativos sin prejuicios ni concepciones
preestablecidas.
La integración en la comunidad contribuyendo en su construcción y desarrollo, y
disfrutando de sus recursos y de las oportunidades para el encuentro con personas
de diversa cultura, condición y de generaciones diferentes que ésta comunidad le
brinda.
El bienestar físico, que es posible cuando la persona conoce las bases que lo
garantizan, asume el cuidado de su propia salud y desarrolla comportamientos
saludables duraderos a nivel físico y mental (actividad física, hobbies estimulantes,
nutrición,...).
El desarrollo de un pensamiento crítico sobre el mundo y la incorporación a la
propia escala de valores como el respeto de la libertad y la igualdad.
Una forma activa de envejecer que favorece el desarrollo de las diversas dimensiones
que componen la realidad del ser humano y contribuye a mejorar su calidad de vida
adaptándose a su singularidad, debe ser favorecida por un contexto social que no
estigmatiza ni segrega sino que integra la diversidad y la valora.
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3. Proceso de elaboración del Plan de acción para la
promoción del Envejecimiento Activo en Bizkaia:
participación y consenso
3.1. Proceso de consulta y reflexión
3.2. Análisis de políticas públicas
3.3. El Consejo de Personas Mayores de Bizkaia
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Presentación del proceso
El desarrollo del presente Plan de acción ha requerido el desarrollo previo de una serie
de mecanismos de análisis, consulta y reflexión desde la premisa de que el
establecimiento de estilos de envejecer activos en la población es algo que debe
involucrar al conjunto de las administraciones públicas, a los actores sociales y a las
propias personas mayores. Por ello se ha considerado necesario conocer sus
preocupaciones, opiniones y nivel de sensibilidad hacia el tema del envejecimiento
activo a través de tres mecanismos concretos:
1. Un estudio sobre la opinión de representantes del ámbito político y técnico de
nuestras administraciones. En el Manifiesto Bizkaia por el envejecimiento activo se
recoge que el detonante del cambio hacia una cultura del envejecimiento activo
debería estar favorecido por las instituciones públicas, por eso conocer su forma de
pensar sobre el tema resulta un buen indicador sobre su sensibilidad hacia el
envejecimiento activo.
2. Un análisis preliminar del nivel de desarrollo de las políticas del departamento de
Acción Social de la DFB por lo que se refiere a su capacidad para promover procesos de
envejecimiento activo.
3. La creación de una comisión delegada, dentro del Consejo de Personas Mayores de
Bizkaia que ha aportado las perspectivas y sensibilidades de un heterogéneo y amplio
grupo de personas mayores, profesionales, tejido asociativo, universidades y demás
agentes sociales de nuestro territorio, sobre el tema del Envejecimiento Activo. Esta
comisión ha llegado a elaborar propuestas concretas sobre la base de un valioso,
constante y, no siempre fácil, trabajo de reflexión personal y colectiva.
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3.1. Procesos de consulta y reflexión
Los encuentros y seminarios mantenidos con figuras políticas de las diferentes
administraciones públicas de nuestro territorio histórico, ha permitido conocer sus
concepciones, preocupaciones e intereses en relación con el envejecimiento activo e
integrar sus aportaciones en el proceso de reflexión que ha precedido al presente plan.
Del proceso de consulta se pueden resaltar sintéticamente seis aspectos:
• El personal político y técnico que trabaja en los distintos niveles de la
administración en Bizkaia es consciente de que las características
sociodemográficas constituyen una oportunidad histórica para que se produzca un
cambio en la forma de entender la vejez y se considera deseable favorecer la
participación activa e implicada de las persona mayores (un colectivo cada vez más
formado, inquieto y longevo) en la comunidad.
• Es consciente también de la imagen estereotipada de las personas mayores
(asociada a personas pasivas, fundamentalmente receptoras de la actividad o
iniciativa que la administración diseña para ella) y expresa su certeza sobre el
hecho de que modificar esta visión limitada de la persona mayor es una de las
claves para la instauración de un estilo de envejecer activo.
• Valora críticamente un tipo de prácticas, en ocasiones promovido y amparado por
las propias administraciones que, básicamente, se centran en organizar actividades
propiciando más el activismo (hacer por hacer) que el ser activo sin promover en
toda su potencialidad un estilo de vida más autónomo.
• Valora y considera deseable un “estilo de intervención” dirigido a la persona mayor
diferente, que aliente una forma de acción desde la complicidad y la coordinación
con las propias personas mayores, más integrado en la comunidad (no segregado),
accesible y abierto.
• Considera importante la formación y el reciclaje de las y los profesionales de la
administración y la existencia de figuras que proporcionen orientación en el diseño
y puesta en marcha de acciones específicas con el fin de promover el
envejecimiento activo.
• Percibe que la coordinación entre las diferentes administraciones y a nivel
intersectorial son esenciales para conseguir el envejecimiento activo.
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3.2. Análisis de las políticas públicas del Departamento de Acción Social
A lo largo del año 2008 el Departamento de Acción Social decidió proceder a la revisión
de sus propias políticas desde el punto de vista de su capacidad para promover
procesos de envejecimiento activo.
El estudio fue realizado por consultorías externas y como premisa de partida se
utilizaron los tres ejes que la Organización Mundial de la Salud define como elementos
base del Envejecimiento Activo:
- La SALUD: el envejecimiento activo sólo es posible cuando las comunidades
aumentan los factores que protegen la salud durante el ciclo vital y desarrollan
una continuidad de servicios sociales y de salud asequible, accesible, de gran
calidad y respetuosa con la edad, que trate las necesidades y los derechos de
las personas a medida que envejecen.
- La PARTICIPACIÓN: las personas mayores seguirán haciendo una importante
contribución a la sociedad en actividades tanto remuneradas como sin
remunerar cuando las políticas y los programas sociales, laborales, de empleo,
de la educación y sanitarios fomenten su total participación en las actividades
socioeconómicas, culturales y espirituales, de acuerdo con sus derechos
humanos básicos, sus capacidades, necesidades y preferencias.
- La SEGURIDAD: el envejecimiento activo se consigue cuando las políticas y los
programas abordan las necesidades sanitarias, sociales, económicas y de
seguridad física y los derechos de las personas mayores. Implica garantizar su,
su dignidad y su asistencia, en el caso de que ya no puedan mantenerse y
protegerse a sí mismas y también el apoyo a las familias y a las comunidades en
sus esfuerzos por cuidar de sus seres queridos de más edad.
La revisión de un importante número de regulaciones nos permite observar una
preocupación por garantizar el bienestar de las personas mayores a través de los
correspondientes mecanismos de protección a la vejez, por promover su participación
y alentar su dinamismo y su participación en la comunidad. Sin embargo, al igual que
sucede en toda Europa, es necesario concluir que estamos sólo al principio en lo
relativo a las políticas de personas mayores que fomenten la participación. Según
opiniones especializadas hay actualmente tres niveles en las estrategias europeas.
• El primer nivel es aquel en el que las personas mayores no son vistas ni como
grupo diana ni como grupo actor.
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• El segundo nivel es aquel en que se hacen cosas “para” las personas mayores.
• El tercer nivel es aquel en el que las personas mayores hacer algo “ellas
mismas”.
La revisión de los documentos actuales de la Unión Europea muestran, al igual que
sucede en el caso de Bizkaia, que aún no hemos alcanzado el tercer nivel.
2.3. El Consejo de Personas Mayores de Bizkaia
El Consejo de Personas Mayores del Territorio Histórico de Bizkaia fue creado en 1999
y actualmente constituye un foro específico de participación de las personas mayores
de 60 años y de las entidades, asociaciones y organizaciones relacionadas con ellas. Su
cometido es colaborar en los procesos de planificación, ejecución y seguimiento de las
políticas y actuaciones destinadas a lograr el bienestar de este sector de la ciudadanía
de Bizkaia.
El Consejo de Personas Mayores del Territorio Histórico de Bizkaia es un órgano
colegiado, de carácter asesor y consultivo, adscrito al Departamento de Acción Social
de la Diputación Foral de Bizkaia y realiza su actividad en diversas comisiones. Su
estrategia de trabajo incluye en análisis crítico, el debate y la creación de propuestas
consensuadas.
El establecimiento de los objetivos de este Plan de acción tiene su base en el
importante trabajo desarrollado por la comisión sobre Envejecimiento Activo
correspondiente a lo largo del año 2008 y 2009. Como resultado de este trabajo de
consulta y reflexión se identificaron algunos de los retos a los que -una sociedad que
quiera promover un estilo de envejecer activo- debe responder:
a. Modificar progresivamente los estereotipos negativos sobre la vejez y las
personas mayores
b. Fomentar una concepción integral de la persona mayor
c. Conseguir una comprensión integral del envejecimiento activo por parte de las
personas mayores y del resto de los agentes sociales
d. Modificar los sistemas de participación y de integración de las personas
mayores
e. Favorecer el acceso progresivo y la preparación-formación para la jubilación,
evitando toda discriminación por razones de edad durante el periodo laboral
f. Favorecer situaciones socioeconómicas que permitan un envejecimiento digno.
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4. Objetivos y líneas de actuación Plan de acción
para la promoción del Envejecimiento Activo en
Bizkaia
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OBJETIVO GENERAL.
Crear las condiciones óptimas para promover el envejecimiento activo
en Bizkaia.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS.
1. Favorecer la difusión y comprensión integral del envejecimiento activo y sus
beneficios por parte de las persona mayores y del resto de los agentes sociales.
2. Seguir garantizando las condiciones básicas que aseguren el bienestar de todas las
personas mayores –y en especial de aquellos grupos más desfavorecidos- como
base para una forma de envejecer activamente.
3. Promover la ruptura de estereotipos negativos asociados a las personas mayores y
la comprensión de la diversidad inherente a ese grupo de edad.
4. Favorecer el acceso de las personas mayores a iniciativas de formación a lo largo
de la vida que les proporcionen nuevos intereses, recursos y oportunidades de
encuentro y realización personal.
5.- Contribuir a que las personas mayores desarrollen un estilo de ocio activo que
redunde en una mayor salud física y psicológica.
6.- Promover la participación de las personas mayores en todos los ámbitos de la
vida reforzando los cauces existentes para ello y suscitando en las personas el
deseo de hacerlo.
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1. Favorecer la difusión y comprensión integral del envejecimiento activo y sus
beneficios por parte de las personas mayores y del resto de los agentes sociales.
Existen evidencias científicas que han demostrado que envejecer manteniendo unos
niveles óptimos de actividad es recomendable para la salud y el bienestar de las
personas mayores. El término “envejecimiento activo” es muy utilizado en los últimos
años en el ámbito de las políticas de acción social, servicios sociales y tercera edad,
resultando especialmente familiar a las personas mayores. Sin embargo para otras
entidades y grupos de edad la expresión “envejecimiento activo” resulta un término
poco presente y de significado no del todo preciso.
Favorecer la difusión y comprensión de lo que significa envejecer activamente resulta
un objetivo a varios niveles. No basta con que las personas de mayor edad valoren y
lleguen a tener un estilo de vida activo, es necesario que toda la comunidad lo
comparta porque si no, no se producirán las condiciones sociales, contextuales, que lo
hacen posible.
Por ello es necesario transmitir el impacto favorable que un estilo activo de envejecer
tiene sobre la persona (al mejorar su bienestar y percepción de felicidad) pero también
sobre las instituciones públicas (al reducir situaciones de enfermedad y deterioro y el
gasto asociado a su atención), sobre la comunidad en general e incluso sobre las
empresas.
Un aspecto a tener en cuenta y que complejiza la consecución de este objetivo es que
la difusión de información no basta, también es necesario promover una reflexión
crítica en las personas, comunidades y organizaciones sobre el valor del
envejecimiento activo y las condiciones que lo favorecen o dificultan.
Así, para conseguir este objetivo es fundamental:
• Promover la reflexión sobre el valor del envejecimiento activo en la propia
administración pública en su conjunto. Aunque las direcciones más relacionadas
con las personas de edad tienen una sensibilidad ya muy desarrollada sobre los
beneficios del envejecimiento activo, conseguir que un mayor número de personas
llegue a tener un estilo de envejecimiento más activo es una tarea que implica a
todos los sectores de la administración. Por esa razón resulta necesario favorecer
el diálogo y el consenso a nivel intersectorial. Una reflexión entre los diferentes
sectores puede dar paso a una revisión de las políticas de la administración desde
el punto de vista de si favorecen o no procesos de envejecimiento activo y al
diseño de otras políticas o acciones complementarias.
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• Difundir información y suscitar reflexión a través de los foros existentes en la
comunidad con vocación educativa (transformadora) y con recursos para ello.
Pueden ser centros a nivel comunitario (casas de cultura, centros cívicos, centros
de personas mayores o gaztelekus por ejemplo), sanitario (centros de salud,
hospitales), educativos (centros escolares, centros de educación de personas
adultas) y culturales (bibliotecas, museos,..). Todos ellos reúnen cotidianamente a
un importante número de ciudadanas y ciudadanos en actividades que favorecen
el desarrollo personal, el aprendizaje, el conocimiento del medio, etc. Son centros
privilegiados en cuanto que constituyen una opción abierta a toda la ciudadanía ya
que muchos de ellos han comenzado a utilizar criterios diferentes a la edad
(intereses, habilidades, experiencia, proximidad) para organizar actividades, lo cual
es una buena forma de promover la participación de las personas mayores que
comprensiblemente se resiste a ir a actividades “para viejos” y de facilitar el
encuentro intergeneracional. Además, en su metodología es habitual el uso de la
comunicación, el intercambio de pensamiento y la reflexión compartida. Implicar a
estas entidades y a sus profesionales en esta tarea de comunicación y comprensión
sobre el envejecimiento activo está justificada y enmarcada en el actual cambio
social y demográfico, en la preservación de la salud, en la importancia de los
contextos intergeneracionales, en los valores de la justicia y la igualdad, etc. Este
trabajo de “transmisión” sobre la complejidad del envejecimiento activo y sus
bondades puede requerir la creación de guías, manuales y materiales que sirvan
como recurso didáctico a profesionales del ámbito de la orientación, dinamización,
voluntariado y de los centros en general.
• Propiciar una reflexión sobre la realidad y las necesidades del colectivo de personas
mayores en el mundo profesional. No sólo porque sea necesario para revalorizar el
papel profesional de la persona “mayor” sino también por la gran influencia de
profesionales en la construcción de una sociedad “para todos y todas”. Para ello
pueden constituir un buen canal las asociaciones y colegios profesionales que más
o menos directamente están experimentando el cambio demográfico y teniendo
que adaptarse a nuevas situaciones que exigen nueva formación así como la
creación de nuevos productos y servicios.
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• Favorecer una reflexión en las personas mayores con algún tipo de limitación o
discapacidad tanto en el ámbito comunitario como institucional. Siempre desde el
máximo respeto, es necesario animar un cambio en estas personas y, hasta donde
sea posible, en su estilo de vida. Aunque muchas de ellas ya han desarrollado -
como resultado de la enfermedad y la discapacidad- un sentimiento de indefensión
aprendida se sabe que estar activo cumple una función terapéutica y rehabilitadora
muy importante con la potencialidad de devolver a la persona la percepción de
control sobre su propia vida. En esto será fundamental el hacer de las y los
profesionales de los centros gerontológicos y previamente su convicción sobre el
valor de la autonomía en las personas mayores más dependientes.
2. Seguir garantizando las condiciones básicas que aseguren el bienestar de todas las
personas mayores –y en especial de aquellos grupos más desfavorecidos- como base
para una forma de envejecer activamente.
La evolución que el colectivo de personas mayores ha venido experimentando a lo
largo de las últimas décadas tanto a nivel cuantitativo como cualitativo ha supuesto
importantes variaciones. Ambos planos, el cualitativo y el cuantitativo, afectan de
forma significativa a lo que la Organización Mundial de la Salud define dentro de los
determinantes del envejecimiento activo como determinantes de exclusión de las
personas mayores.
Resulta evidente que la sociedad vizcaína en las últimas décadas ha experimentado un
progreso indiscutible en todos los aspectos, incluso en las condiciones de acceso a
prestaciones económicas tanto contributivas como no contributivas.
El sistema de protección social en Euskadi, y por tanto en el territorio Histórico de
Bizkaia, viene determinado en gran medida por el Sistema Nacional de Seguridad
Social que gestiona las prestaciones contributivas y parte de las no contributivas.
Dicho sistema intentó realizar un acercamiento a las recomendaciones de organismos
internacionales como la OCDE y ONU en el llamado Pacto de Toledo, en 1995.
Dicho Pacto, se enmarca dentro de un necesario cruce de las políticas de
envejecimiento activo con planes más amplios para reducir la pobreza en todas las
edades.
La existencia de un sistema de pensiones que garanticen la sostenibilidad económica
de las personas jubiladas y, por consiguiente, evite su exclusión social por cuestiones
económicas, ha supuesto un avance importante en las sociedades modernas y
desarrolladas.
25
Pero aun existiendo este sistema, la realidad es que entre el colectivo de personas
mayores, todavía se dan casos de escasez de recursos y de manera más notable esta
situación se da en mujeres en situación de viudedad.
Es por ello que socialmente deberemos profundizar en el equilibrio entre la realidad
económica que supone las pensiones de las personas mayores y el poder adquisitivo
medio de la sociedad en que desarrollan su vida cotidiana.
Promover hábitos de vida saludables a lo largo de todo el ciclo vital del ser humano
haciendo especial hincapié en el momento en que la personas se convierte en mayor y
la alimentación, el higiene y el ejercicio físico deben de seguir siendo hábitos de su vida
cotidiana.
Proporcionar seguridad en todos los planos de su vida, en el económico, en el de la
salud, en el de su participación e incluso en su plano afectivo debe ser una prioridad
dentro del día a día de la persona mayor.
En la medida en que las personas mayores continúen participando, en la medida de sus
posibilidades en la sociedad a la que pertenecen, su engarce con la misma será mayor.
Las posibilidades de abandono, desarraigo y dejación se verán reducidas por la
interacción de todos los miembros de su sociedad más cercana.
Y, por último, erradicar y evitar toda situación de maltrato. Maltrato de todo tipo y
condición, más allá del puro maltrato físico y con especial cuidado a mecanismos, a
veces imperceptibles y sutiles, de maltrato psíquico y emocional.
3. Promover la ruptura de estereotipos negativos asociados a las personas mayores y
la comprensión de la diversidad inherente a ese grupo de edad.
A pesar de los cambios culturales que se están produciendo permanentemente, la
visión estereotipada sobre la vejez y las personas mayores sigue estando
profundamente arraigada en el pensar de todos los grupos de edad, incluidas las
propias personas mayores. La presencia de una imagen negativa que considera a la
26
persona de edad como una persona enferma, dependiente, sedentaria, pasiva y sin
valor, supone una dificultad de tal calibre para el desarrollo de un estilo de vida activo
en la vejez que es necesario conceder un esfuerzo especial a su modificación.
Para conseguirlo será necesario actuar en una doble dirección:
- Crear un canal permanente de comunicación que permita difundir las
contribuciones positivas de las personas mayores, sea a nivel individual o grupal.
De hecho son muchas las personas mayores vinculadas a objetivos solidarios,
ecologistas,... y su conocimiento podría contribuir a modificar el estereotipo
negativo existente.
- Monitorizar el abordaje de los medios de comunicación sobre las personas
mayores y su evolución a través de algún estudio que analice las imágenes de los
mayores o su ausencia para corregir posibles usos inadecuados. En este sentido,
puede ser valiosos reconocer su labor a publicistas, canales de TV o programas que
contribuyan a una imagen positiva de las personas mayores que recoja, fiel a la
verdad, su gran heterogeneidad. Igualmente también puede ser un buen recurso la
elaboración de sesiones formativas o seminarios para profesionales del ámbito de
la comunicación así como la elaboración de manuales de estilo o buenas prácticas
que contribuyan a suscitar cierta sensibilidad y espíritu crítico sobre el tema.
4. Favorecer el acceso de las personas mayores a iniciativas de formación a lo largo
de la vida que les proporcionen nuevos intereses, recursos y oportunidades de
encuentro y realización personal.
Participar en actividades de formación permanente es un recurso excepcional para el
aprendizaje de nuevos intereses que ayuden a la persona a disfrutar su ocio, entablar
amistades, entrenar las capacidades cognitivas y obtener recursos con los que afrontar
exitosamente los cambios que se producen en la vida de la persona.
Además, cuando la persona mayor participa en una actividad de formación en un
contextos comunitario integrado (centros de educación permanente de personas
adultas, universidades, etc.), junto a personas de diferentes generaciones, se favorece
el encuentro y el conocimiento mutuo y de esta forma se está contribuyendo a la
creación de imágenes sobre las personas mayores más ajustados a la realidad.
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Es necesario garantizar la posibilidad de formación a todas las personas, incluidas
aquellas con dificultades para movilidad, de tiempo, discapacidad u otras limitaciones,
a través del uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y su utilización para
mejorar la calidad de vida y facilitar la inclusión y participación social.
La promoción de aquella formación que contribuye al desarrollo de hábitos saludables
resulta especialmente valiosa para promover el envejecimiento activo.
Debería garantizarse el acceso a la formación en el espacio de trabajo a trabajadoras y
trabajadores de mayor edad ya que ésta favorece la actualización y el desarrollo de
una carrera profesional.
Un lugar especial cobra la Preparación para la Jubilación dado que la transición a la
jubilación, como cualquier cambio drástico, requiere procesos de adaptación para
resolverse exitosamente. Gracias a las nuevas tecnologías podría hacerse accesible a
todas las personas.
Estratégicamente sería prioritario:
• Dar a conocer entre las personas mayores la existencia de centros de formación a
los que poder asistir para participar en cursos, seminarios y demás actividades
(centros de adultos, universidades, casas de cultura, centros cívicos, de distrito,...)
y difundir su oferta formativa anual.
• Ampliar la oferta formativa existente en las distintas instituciones docentes
adaptándola a las características y ritmos de aprendizaje de las personas mayores.
• Incluir la figura de una orientadora u orientador que facilite una buena adaptación
de aquellas personas mayores que se aproximan por primera vez al centro de
formación de forma que se garantice el máximo aprovechamiento y disfrute de la
actividad y se asegure la adherencia a la misma.
• Acercar la oferta formativa a aquellas personas que residen en núcleos rurales
alejados.
• Promover y crear materiales ad hoc para la utilización del soporte informático
como complemento y/o alternativa a la formación de carácter presencial en
determinados momentos o circunstancias.
28
5. Contribuir a que las personas mayores desarrollen un estilo de ocio activo que
redunde en una mayor salud física y psicológica.
Aunque las cosas han cambiado mucho y ya se habla del “derecho al ocio”, muchas
personas mayores no han tenido la oportunidad de disfrutarlo hasta que no se han
jubilado y sus hijos e hijas se han ido haciendo mayores. No todo el mundo tuvo
tiempo para cultivar una afición ni para practicarla con asiduidad; por eso la jubilación
y la liberación de ciertos roles familiares son una buena oportunidad para comenzar a
utilizar el tiempo libre de una manera creativa e ilusionante.
Investigaciones realizadas en todo el mundo han demostrado que las personas que
tiene un ocio activo –intelectual, física y socialmente estimulante- tienen mejor salud y
son más felices.
Para facilitar un uso del tiempo libre de estas características es necesario:
• Sensibilizar a la persona mayor sobre la importancia de un buen uso del ocio. Es
importante ser consciente de que esto no es sencillo en un contexto cultural en
que ver la televisión o visitar centros comerciales parecen ser las actividades
favoritas de la mayor parte de la población adulta, sin embargo la jubilación
permite que la persona disponga de un mayor tiempo libre y no se deberían buscar
excusas para no utilizarlo de manera equilibrada.
• Poner un énfasis especial en conseguir captar a público mayor en las actividades
sociales, culturales, deportivas y recreativas que –de manera continuada o con
carácter puntual- existen en el ámbito local. Para ello puede ser importante utilizar
cauces de comunicación que resulten especialmente atractivos para las personas
de edad y plantear incentivos a la participación si es posible. Bizkaia es un territorio
con una vida cultural rica y cuenta con una amplia oferta para el ocio, incluida la
práctica de actividad física (rutas de paseo, aparatos de gimnasia para mayores,
programas especiales en los polideportivos,...). No se trata tanto de poner en
marcha más actividades cuanto de encontrar los cauces para propiciar su uso y
disfrute.
• Potenciar el uso de las nuevas tecnologías como por ejemplo los videojuegos que
por su diseño accesible y sus características ergonómicas, pueden ser utilizadas
como recurso para el ocio y reportar mejoras en las funciones cognitivas e incluso
en la forma física.
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• Favorecer un nuevo modelo de atención residencial en el que el uso del tiempo
libre se articule sobre los intereses de la persona utilizándolo no sólo por sus
propiedades terapéuticas sino también para fomentar –hasta donde sea posiblecomportamientos
autónomos y autodeterminados.
6. Promover la participación de las personas mayores en todos los ámbitos de la vida
reforzando los cauces existentes para ello y suscitando en las personas el deseo de
hacerlo.
La participación social no es un fenómeno abstracto sino que está estrechamente
ligada con la forma de vida de cada persona. Es además un concepto complejo y va
más allá de la posibilidad de seguir participando en el mundo laboral (un enfoque que
predomina en Europa).
Un concepto amplio de participación debe traducirse en nuevos modelos y estrategias
que tengan su origen directamente en las personas mayores. El modelo existente hasta
ahora de participación vía representación por parte de las asociaciones ya no es
suficiente.
La participación de las personas mayores puede convertirse en un importante motor
de cambio.
Es necesario entender la participación como algo que va más allá de las asociaciones y
que puede producirse a través de nuevas colaboraciones y procesos de cooperación
con municipios, agencias locales para la implicación ciudadana, centros de formación,
etc. Todos ellos pueden favorecer que las personas mayores asuman, con la formación
necesaria, el desarrollo de nuevos roles sociales y el acceso a grupos de decisión a
distinto nivel.
Merece una atención especial la promoción de la participación en las zonas rurales
más aisladas.
La participación es algo que puede y debe producirse en todos los ámbitos no sólo el
social.
30
OBJETIVOS OPERATIVOS.
1. Favorecer la difusión y comprensión integral del envejecimiento activo y sus
beneficios por parte de las personas mayores y del resto de los agentes sociales.
1.1- Favorecer el empoderamiento y la autoestima de las personas mayores.
1.2- Difundir el concepto de envejecimiento activo como un nuevo estilo de
vida al conjunto de la sociedad.
1.3- Reconocer los derechos y capacidades de las personas mayores en
todos los aspectos de su vida.
2. Seguir garantizando las condiciones básicas que aseguren el bienestar de todas las
personas mayores -y en especial de aquellos grupos más desfavorecidos- como base
para una forma de envejecer activa.
2.1- Diseñar políticas que fomenten el desarrollo de los tres pilares del
envejecimiento activo: la salud, la participación y la seguridad
2.2- Eliminar situaciones de maltrato.
3. Promover la ruptura de estereotipos negativos asociados a las personas mayores y
la comprensión de la diversidad inherente a ese grupo de edad.
3.1- Promover la utilización de imágenes positivas y reales sobre la vejez.
3.2- Articular medidas que favorezca la transmisión del conocimiento y la
experiencia patrimonio compartible de las personas mayores.
3.3- Respetar e integrar distintas opciones culturales del envejecimiento.
3.4- Evitar la discriminación por razones de edad y favorecer la igualdad de
oportunidades.
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4. Favorecer el acceso de las personas mayores a iniciativas de formación a lo largo
de la vida que les proporcionen nuevos intereses, recursos y oportunidades de
encuentro y realización personal.
4.2- Promover la educación permanente.
5. Contribuir a que las personas mayores desarrollen un estilo de ocio activo que
redunde en una mejor salud física y psicológica.
5.1- Fomento de la organización y la participación de las personas mayores
en acciones culturales y de ocio activo.
6. Promover la participación de las personas mayores en todos los ámbitos de la vida
reforzando los cauces existentes para ellas y suscitando en las personas el deseo de
hacerlo.
6.1- Reconocer el capital social y cultural de las personas mayores,
considerándolas agentes socialmente activos.
6.2- Promover cauces para la participación de las personas mayores en todas
las instituciones y en todos los ámbitos.
6.3- Evitar la utilización de actitudes paternalistas y benefactoras.
32
ACCIONES.
1. Favorecer la difusión y comprensión integral del envejecimiento activo y sus
beneficios por parte de las persona mayores y del resto de los agentes sociales.
1.1 - Favorecer el empoderamiento y la autoestima de las personas mayores.
1) Fomentar programas formativos que favorezcan el empoderamiento y la autoestima
de las personas mayores: estrategias de aumento de la autoeficacia, resolución de
problemas, conducta prosocial, necesidad de que sea la propia persona mayor la que
participe en los procesos de toma de decisiones tanto en lo referente a su propia vida
como en lo relativo a la sociedad. [conferencias, cursos, etc…] Formación y
sensibilización.
2) Formación continua de profesionales que trabajan con personas mayores, que incluya
contenidos dedicados a la gerontología y a la vejez desde un punto de vista positivo.
3) Promover premios anuales a proyectos y/o realizaciones, (promovidas por las propias
asociaciones de personas mayores), que contribuyan al proceso de empoderamiento
de este colectivo.
4) Fomentar la redimensión del trabajo doméstico, de apoyo y cuidado que ofrecen las
personas mayores, redefiniendo los roles y la protección social a la familia.
1.2- Difundir el concepto de envejecimiento activo como un nuevo estilo de
vida al conjunto de la sociedad.
5) Promover campañas de sensibilización para promover estilos de vida saludables.
6) Promover y fomentar programas y acciones formativas hacia la sociedad en general
sobre el envejecimiento activo.
7) Promover adaptaciones curriculares sobre la vejez en el ámbito educativo reglado.
8) Fomentar la cultura del envejecimiento activo entre profesionales que trabajan con
personas mayores.
9) Elaborar y difundir guías sobre envejecimiento activo a todas las personas mayores de
Bizkaia.
10) Promover la elaboración de un manual de estilo en el tratamiento hacia las personas
mayores en los medios de comunicación.
11) Promover un portal web realizado por y para personas mayores como herramienta de
comunicación y acción colectiva.
33
1.3- Reconocer los derechos y capacidades de las personas mayores en todos
los aspectos de su vida.
12) Promover la celebración del día internacional de las personas mayores junto con el día
europeo de la intergeneracionalidad..
13) Elaborar y difundir una publicación con los derechos de las personas mayores.
2. Seguir garantizando las condiciones básicas que aseguren el bienestar de todas las
personas mayores -y en especial de aquellos grupos más desfavorecidos- como
base para una forma de envejecer activa.
2.1- Diseñar políticas que fomenten el desarrollo de los tres pilares del
envejecimiento activo: la salud, la participación y la seguridad.
14) Fomentar programas de aprendizaje permanente que favorezcan la adaptación y
actualización de los conocimientos y capacidades de las personas mayores ante los
cambios sociales, culturales, técnicos, etc.. y a sus necesidades para el ejercicio integral
de su proceso de envejecimiento activo (salud, participación y seguridad).
15) Promover la formación de personas mayores como agentes activos de la sociedad:
agentes medioambientales, turísticos, etc…
2.2- Eliminar situaciones de maltrato.
16. Elaborar un protocolo oficial e interdisciplinar para que los distintos servicios de
atención a las personas mayores puedan detectar posibles malos tratos, con especial
incidencia en las mujeres de edad avanzada.
17. Sensibilizar a la población en general sobre los diferentes tipos de abuso/negligencia y
maltrato a personas mayores, para que denuncien los casos y/o los pongan en
conocimiento de las autoridades.
18. Promover la utilización de un trato adecuado hacia las personas mayores evitando
actitudes infantilizadoras y fomentando el uso de un lenguaje correcto y respetuoso
con las personas mayores.
34
3. Promover la ruptura de estereotipos negativos asociados a las personas mayores y
la comprensión de la diversidad inherente a ese grupo de edad.
3.1- Promover la utilización de imágenes positivas y reales sobre la vejez.
19. Promover que los medios de comunicación proyecten una imagen positiva de las
personas mayores (organizar un seminario y hacer públicas las conclusiones y
recomendaciones).
20. Promover la participación de las personas mayores en foros, congresos y coloquios que
proyecten una imagen positiva y de participación del colectivo de mayores.
21. Promover programas en medios de comunicación, edición de libros, etc… que
recuperen y difundan la aportación de las personas mayores a la historia, la cultura y la
sociedad.
22. Promover un premio anual para aquel proyecto, acción o trayectoria que contribuya a
la utilización de imágenes positivas sobre la vejez.
3.2- Articular medidas que favorezcan la transmisión del conocimiento y la
experiencia patrimonio compartible de las personas ya jubiladas
23. Fomentar la participación de las personas mayores y sus experiencias en las
comunidades educativas de su comunidad más cercana.
3.3- Respetar e integrar distintas opciones culturales de envejecimiento.
24. Fomentar actividades organizadas por colectivos de personas mayores de otras
culturas.
25. Impulsar el intercambio del conocimiento y experiencias en cultura de envejecimiento
entre diferentes países.
3.4- Evitar la discriminación por razones de edad y favorecer la igualdad de
oportunidades.
26. Evitar normativas o legislación que discrimine negativamente a las personas de edad.
27. Promover que la edad no sea requisito único e imprescindible para acceder a
determinados programas y servicios.
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4. Favorecer el acceso de las personas mayores a iniciativas de formación a lo largo
de la vida que les proporcionen nuevos intereses, recursos y oportunidades de
encuentro y realización personal.
4.1- Promover la educación permanente.
28. Promover la universidad con mayores además de la universidad para mayores.
5. Contribuir a que las personas mayores desarrollen un estilo de ocio activo que
redunde en una mejor salud física y psicológica.
5.1 Fomento de la organización y la participación de las personas mayores en
acciones culturales y de ocio activo.
29. Viajes Adineko
30. Concursos forales de pintura, fotografía, escultura, etc…
31. Museo Barrutik
6. Promover la participación de las personas mayores en todos los ámbitos de la vida
reforzando los cauces existentes para ellas y suscitando en las personas el deseo
de hacerlo.
6.1- Reconocer el capital social y cultural de las personas mayores,
considerándolas agentes socialmente activos.
32. Publicitar las actividades que se desarrollan desde las distintas asociaciones al servicio
de las necesidades de las personas mayores.
6.2- Crear cauces para la participación de las personas mayores en todas las
instituciones y en todos los ámbitos.
33. Promover y fomentar los órganos de participación de institucionales de las personas
mayores y en aquellos casos en que no existan propiamente estos, la participación de
las personas mayores en los órganos institucionales existentes.
34. Formar y fomentar las acciones de voluntariado: BOLUNTA.
6.3- Evitar la utilización de actitudes paternalistas y benefactoras.
35. Promover la edición de material didáctico encaminado a evitar este tipo de situaciones
en los ámbitos en los que las personas mayores desarrollan su vida, bien sea familiar o
institucionalizado.

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